jueves, 24 de junio de 2010

Reflexiones desde la escuela hacia una sociedad disciplinada.

Nicolás Millán Ríos
Estudiante 3º Medio
Liceo de Aplicación



Hoy en día se aprecia claramente el valor que se le entrega a la disciplina en los colegios, y como a esta se le trata como inofensiva y es vista con cierto agrado en sus estudiantes, profesores, padres y apoderados que conforman una comunidad escolar, y como en particular a los estudiantes se les aplican técnicas psicológicas para que este mismo, se convierta en su propio vigilante, haciendo que la educación pierda toda objetividad y solo se convierta en la adquisición de conocimientos y restándole la mayor importancia al funcionamiento de la vida social, impidiendo un armónico desarrollo humano.

Una vez consciente y asumiendo esta concepción de disciplina escolar, en este ensayo me introduciré en el análisis de estas técnicas psicologías usadas para mantener el detallado control de cada uno de los estudiantes, y para perpetuar el poder a partir de las instituciones estudiantiles, para luego adentrarme en algunas alternativas que se contraponen rotundamente con la forma en que hoy se plantea el modelo de la educación, y presentar un modelo educativo adecuado a una sociedad mejor, donde cada individuo tenga la oportunidad de ser feliz, antes que la oportunidad de ganar dinero.

El método que es usado para mantener a la sociedad disciplinada, se puede asociar a la teoría de Jeremy Bentham, sobre el panóptico, la cual describe a una torre de vigilancia, ubicada en el medio de un recinto circular, con un vigilante en la cima, el cual tiene acceso a simple vista a todos los individuos que se encuentran en las celdas, ubicadas a la orilla del recinto, mostrando que si un día el vigilante no está, los individuos al no saber que este no se encuentra en el lugar, igualmente se sienten vigilados. Esto llevado al plano de los colegios y la educación funciona como una constante vigilancia que busca infiltrarse en las mentes de los estudiantes para así crear productos domesticados, sumisos y siguiendo la línea de una disciplina social autoimpuesta que se da solo para mantener una “normalidad” en el conjunto de la sociedad estudiantil, dando por hecho de que al existir personas normales, también existen personas anormales, pero, ¿Cuándo se puede decir que un individuo es normal o es anormal?, esta idea de normalizar a las masas de estudiantes, se muestra como una de las tantas armas que ocupan las elites de individuos que mantienen el poder en sus manos, para mantener alineados a los estudiantes y que necesita de una manera rotunda, coartar el ímpetu del estudiante por manifestarse y desarrollar su creatividad, para mantener la población en un conformismo fluido e imperceptible por el propio individuo.

Las maneras que se pueden encontrar para aplicar la obediencia basada en el panóptico son varias, pero una de las más efectiva y notoria es la creación de edificios de control en la escuela, es decir, levantar colegios con una infraestructura donde se pueda apreciar todo el establecimiento con un simple recorrido con la mirada, dando un control visual en el establecimiento, lo que permite un control interior articulado y detallado, contando además con personajes que resguardan el orden dentro del edificio y procurando que todo sea perfectamente alineado y así contar con un instrumento de formación de individuos con un comportamiento de rebaño, en una gran cantidad.

También se aprecia en la estipulación de un reglamento una forma eficaz de imponer los valores de la disciplina y el control de tipo jerárquico, que imposibilita hasta de los mismos funcionarios surjan ideas que motiven y desarrollen la creatividad en los alumnos, es así como muchos educadores se encuentran extremadamente limitados por un conjunto de normas impuestas que no tienen la necesaria flexibilidad para fomentar la creatividad.

Sentirse vigilados todo el tiempo logra que se garantice un total funcionamiento automático del poder, puesto que, al integrar la vigilancia y los valores para crear personas disciplinadas, el individuo pierde su identidad e incluso su propia consciencia, para pasar a estar en un estado de completa indiferencia socialmente, lo que permite la fácil manipulación por parte de los que tienen el poder, dejando al individuo incapaz de reaccionar ante los abusos del que es victima constantemente. La manera de romper esta domesticación es mediante la creatividad, la cual se encuentra en total contraposición con la disciplina aplicada, en la medida en que la creatividad es consecuencia de un entorno en el que el estudiante es consciente de la realidad y le es posible jugar con ella.

A esta metodología de control de las masas, se le contraponen diferentes formas de educar que buscan devolver a los alumnos su calidad de persona, fomentando a que el estudiante sea autónomo, sepa pensar por si solo, tome sus propias decisiones en la formación del conocimiento y su propia formación como persona. En este tipo de educación, se le trata de ver al aprendizaje como un proceso en el cual el estudiante toma parte activa en la creación de nuevas ideas y conceptos basados en conocimientos presentes o pasados. Esto no es mas bien un método de enseñanza, sino mas bien, es una explicación desde un punto completamente diferente a la escuela de hoy sobre como se construye el conocimiento, rescatando al máximo la libertad, la creación de un ambiente en la creación de un conocimiento y la auto regulación.

Desde este punto una escuela ideal seria la que potenciara las reales habilidades que presenta cada individuo en donde la escuela en sí se transforme en un ente auxiliar que ayude a los estudiantes a desarrollar aquellas aptitudes que ellos mismo quieren desarrollar, en vista de la formación que cada estudiante esta buscando.

Un claro ejemplo de esto, es la escuela Summerhill, ubicada en Inglaterra y que fue fundada en 1921 por Alexander Neill, quien introdujo métodos y alternativas rompedoras y radicales, con gran importancia del bienestar emocional de los escolares por encima de sus resultados académicos, proporcionando un entorno en el que los niños puedan definir lo que son y lo que quieren ser, haciendo que la escuela se adapte a los niños y no los niños a la escuela, entendiendo que, el mero hecho de que los niños que deberían estar moviéndose todo el tiempo, estén sentados seis horas diarias, va en contra de la naturaleza de los niños, donde la espontaneidad natural del juego, no debe ser sacado por los adultos ni reorientado en experiencias de aprendizaje y comprendiendo que un niño debe vivir su propia vida y no la que sus padres quieran que viva, ni tampoco una vida decidida por su educador que supone saber lo que es mejor para el niño, donde el éxito no se define por los resultados académicos, formando una escuela donde ningún adulto vale mas que un niño y donde las reglas y resoluciones son todas tomadas democráticamente con la participación voluntaria de los jóvenes y adultos, en donde cada una de las opiniones tiene el mismo valor y el libre pensamiento de los niños no es corrompido por un listado de reglas que reprimen sus expresiones de creatividad. Esta es una escuela ideal.

En base a lo que se ha visto en este ensayo, se puede apreciar, como las sociedades y sus modelos de funcionamiento dependen de la disciplina que se aplica en los colegios, para perpetuarse en el tiempo y así tratar de mantenernos dormidos a la hora de ver las injusticias sociales que hoy en día son abundantes, interviniéndonos psicológicamente, con técnicas usadas muy sutilmente desde los primeros años de la infancia, y como el mal uso de la psicología educacional, es sumamente importante al fomentar que los individuos no reflexionen y se limiten solo a producirle a un sistema que intenta deshumanizar a la especie humana, o a lo que queda de ella. Pese a esto, la aparición de métodos alternativos a esto, nos entrega una luz de esperanza para detener el abuso de los poderosos y devolverle el sentido humano a la vida que ansiosamente esperamos.

Liceo de Aplicación 2010

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